De verdad creo que lo esencial de la vida es la fidelidad a lo que uno cree su destino, que se revela en esos momentos decisivos, esos cruces de caminos que son difíciles de soportar pero que nos abren a las grandes opciones.
Son momentos graves porque la elección nos sobrepasa.
Los valores son los que nos orientan y presiden las grandes decisiones. Por desgracia por las condiciones humanas del trabajo, por educación o por miedo, muchas personas no se atreven a decidir conforme a su vocación, conforme a esa llamada interior que el ser humano escucha en el silencio del alma. Y tampoco se arriesgan a equivocarse.
Y sin embargo la fidelidad a la vocación es la balanza donde se juega la existencia de si uno ha tenido el privilegio de vivir en libertad...
Siento con entusiasmo esta posibilidad de recomenzar otra manera de vivir. Lo que ayuda a la decisión es un mar de fondo que se ha ido formando a través de hechos aislados que se entremezclan, imágenes que nos sorprenden, libros que leemos y amigos que frecuentamos. Algo diferente que se valora, que nos asombra y que sientes como una utopía que se nos acerca.
El cambio se da cuando nuestra mirada no se aparta de ella ...
Gracias Ernesto.
Tengo envidia de tu atrevimiento, y estoy segura de que todo te irá sobre-ruedas, porque una vez das el primer paso sólo te queda disfrutar del resto del camino. Un día de estos me escapo yo también.
ResponderEliminarun abrazo y Suerte-Pelu