jueves, 10 de febrero de 2011

4 días entre semana

De asueto le dieron a mi futura en su trabajo por el hecho de casarse, y partimos sin pensarnoslo 2 veces a disfrutarlos.
Fukuoka y Kurokawa parecía un buen destino, fue ella quien lo eligió (y acertó), yo me hubiese decantado por Ubud, pero no teníamos suficientes días. Así que cogimos el primer vuelo de la JAL (Japan Airlines o Japan Angelic Lines como la llaman algunos), por cierto una de las mejores compañías en las que me he montado hasta ahora, y en 55 minutos nos plantamos allí.

 

Fukuoka es pequeña, bueno, yo ya he perdido la perspectiva tras estos meses en Tokyo, al menos a mi me pareció muy manejable. Con sus calles estrechas, sus tiendas, su salida al mar, su torre, sus personajes ... etc.




Lo primero que hicimos es convocar a amigos, y de buenas a primeras apareció Miichan, que para suerte nuestra contaba con unos día libres (cosa extraña en Japón) y nos hizo de Cicerone.




Y así de alegre nos llevo por aquellos lares ... Vimos plantaciones de nori (algas) en el mar, comimos ostras a 10€ el cubo, ellas las asaron en una parrilla, y yo, mientras, me jartaba (del verbo jartarse) de ostras frescas, y las miraba con pena y con dolor por saber lo que se estaban perdiendo y por ver como desperdiciaban aquellas maravillosas ostras ... pero bueno, allá cada uno con sus costumbres ... q pena!




Ese día, de a poquito a poco, se convirtió en un auténtico festival gastronómico ya que a la vuelta pasamos por el mercado para comprar unas viandas y hacer un Fugu-nave para la cena, una especie de sopa con pez globo, setas, col y gobo (raiz de bardana). También nos dimos un pequeño festival de Mentaiko, muy típico de aquella zona y para rematar, de postre, unos Tsurunokos. Con eso y una botella de vino blanco chileno hicimos noche en casa de Miichan.



Tras el homenaje, más bien a la mañana siguiente, nos lanzamos a la calle a recorrer sus templos y nos dimos cuenta de que coincidiamos con el HARU TATSU (comienzo de la primavera), por lo que nos lo encontramos todo muy ambientado.

Todos los templos estaban decorados con la imagen de Otafuku a su entrada, así que todos habríamos de pasar por su boca-puerta. En los patios centrales de los templos, a las horas y medias y en punto, se congregaba la gente para asistir a la Mamemaki,  e intentar coger las Fukumame (bolsas con bolitas dulces de la suerte). Todo un logro para quien lo consiguiera porque aquello era lo más parecido que he visto a un domingo de coros en Cádiz. A mi, una japonesita muy agradable, me agasajó con una.

Clavaito




Otafuku

Para ahuyentar a los malos espíritus, Aaoni y Akaoni, (por allí rondaban dos, uno de verde y uno de rojo) hay que tirarles semillas de habichuelas o similar, nosotros lo más que hicimos fue hacerles unas fotos.





Como veis los demonios daban mucho miedo, bueno a unos más que a otros .... Yo era el único extranjero por allí y con la tontería de mi pose los japos estaban encantados, tuve que repetir una docena de veces para todos los presentes y sus cámaras ...


Tuvimos la suerte de poder fotografiar a un grupo de mujeres vestidas de geishas ...




Al día siguiente cogimos el bus y tras una hora y media de camino llegamos a Kurokawa, tierra famosa por sus onsen (aguas termales de origen volcánico). Yamamizuki, así se llamaba el onsen donde nos hospedamos estaba rodeado de nieves, una paisaje espectacular para disfrutar de una tranquilidad cercana a la abisal.













Día y medio de relax que nos dejaron como al de la siguiente foto ...


De vuelta a la ciudad (de Tokyo) tuve la suerte de poder asistir a una congregación de vecinos denominada Mochisukitaikai, que traducido resulta ... que se reunen a beber sake a eso de las diez de la mañana de un domingo y se ponen a hacer arroz viscoso (sticky rice) ... para luego hacer pasteles con semillas rojas de habichuela dulces dentro (red beans), que aunque en la definición parezca estar malo, malo, malo... la verdad es que te acabas acostumbrando y a mi hasta hay veces que me apetece comerme uno .....



Hasta la próxima!!

5 comentarios:

  1. ¿y en esa aerolínea tan buena se pueden llevar más de 20 kg de equipaje de mano y champús? a mí me han dicho que la gente en Japón se mete el exceso de equipaje en el horto. lo mismo que los líquidos así no tienen que pagar más yenes.

    ResponderEliminar
  2. Creo que "horto" se escribe sin h ...

    ResponderEliminar
  3. las playas las de Cádiz y su provincia

    ResponderEliminar